30 octubre 2007

MUÑECAS QUE HACEN SONREÍR



Ojala tuviese pudiese estar todo el día haciendo fotos, para poder compartir con vosotras las miles de sonrisas que me regalan al día...los miles de gestos que tienen conmigo y que me hacen tan feliz.

Aquí una de mis sonrisas favoritas. Es Anete, con su muñeca de paja!!!

EN MOZAMBIQUE LO MEJOR SIEMPRE ESTÁ POR LLEGAR...


Vivir en Mozambique ya no me choca… por eso cada vez son menos las anécdotas que contar porque las que fueron sorprendentes al principio, ahora son rutinarias….
Me pasa de todo!! Pero eso no es novedad, los que me conocéis sabéis que cada día siempre había una historia, ¿verdad?
Pues aquí las historias se convierten en escenas de película, sin más… Un abrazo de un niño en un momento en que parece que todo se va a la mierda se convierte en el mejor momento del día. Recibir una carta de Carla y Gon en la mayor fiesta… Una puesta de sol en uno de los mayores privilegios del mundo… Que compensa todo lo demás. Las cosas mínimas (tan grandes para mí) compensan todo lo demás.
Estoy teniendo muchísimos problemas legales jejejeje enserio… he pasado momentos de miedo, pero ayer me decían en la AECI que es normal. Aquí los funcionarios son un desastre… y todo su trabajo también. Es normal! Bueno, aguantaré. Aguantaré todos estos chaparrones… porque al final, sé que me espera un abrazo que me va a compensar horas y horas de espera, inútiles pasando las hojas de mi pasaporte una y otra vez buscando mi nombre y un sin fin de tonterías para alargar darme la residencia.
Total, que lo importante es que las historias continúan… menos mal que siempre nos quedan historias!!!

Ésta es Gloria, y para mí una inspiración. Tiene SIDA, y tres hijos (otros dos enterrados). Una auténtica madraza que está sola y lucha cada día por ellos. Tenemos apadrinados a sus tres niños por unos padrinos que sé que no les van a fallar cuando Gloria ya no esté para ir al mato, coger esta leña y venderla por 1 euro y pagar así el agua de cada mes.
Nos hemos hecho amigas, y la acompaño al hospital a por la medicación y hacerse los exámenes. Su marido la abandonó… y su familia tan bien al saber que estaba contagiada. Es cariñosísima con sus hijos, algo muy inusual aquí, pero lo más importante que tiene Gloria, es su capacidad de seguir luchando. No se rinde, hay días en los que está realmente débil, de verdad, se le nota que está haciendo un esfuerzo tremendo en levantarse a saludarme, pero lo hace.
Hemos hablado mucho de su juventud, de lo difícil que fue abandonar el colegio cuando se padre le abandonó a ella y a sus cuatro hermanos el día que cumplía 8 años. Su madre acababa de morir y ella se crió, como muchos mozambiqueños, con sus hermanos. La guerra fue horrible, apenas salió de casa en años… porque tenía miedo. Dos de sus hermanos murieron y ella se acabó convirtiendo en la madre de los pequeños que debía alimentar. Lo hizo, se armó de valor y trabajó en la huerta para vender alimentos… sacó a sus dos hermanos adelante y ahora… ahora ellos no quieren saber nada de ella. Están en Maputo, con sus familias, viviendo en sus casas… y aquella niña de 14 años que tuvo que salir de casa en plena guerra civil para conseguir comida para ellos, aquella niña que luchó contra todo por ellos, está ahora sola.

Pero no se rinde, como miles más… que saben o esperan… o suplican… que lo mejor está por llegar.

22 octubre 2007

LO ÚNICO QUE ME FALTA

La más grande, mi tía Anamari
La más grande, mi tía Anamari
Hay días que me falta esto. Justo esto.

Me faltáis vosotros para sentirme 100% feliz. Todo lo demás está aquí. La vida aquí me llena, me llena profundamente, quizás como nunca hasta ahora… pero me faltáis vosotros. Un domingo por la tarde. Eso es lo que más añoro… nuestros domingos. Y se hace difícil pensar que estáis todos ahí, menos yo.

No olvidéis nunca, lo muchísimo que os quiero, por favor!

10 octubre 2007

ILUSIONES QUE TRASPASAN FRONTERAS

Siempre he sentido que la distancia deja de existir, cuando el amor que une a las personas separadas es más grande que los propios kilómetros que lo hacen. Y cuando eso pasa… todas las emociones compartidas cobran mucho más valor.

La experiencia de vivir en África, de despertarme todos los días aquí la comparto cada día con más personas. Porque cada día hay un email más de alguien que acorta la distancia, los kilómetros que separan Mozambique de Brasil, de Portugal, de Inglaterra, de Francia, de España, de Argentina, y de Estados Unidos. Cada día mis ilusiones traspasan fronteras, para convertirse en vuestras ilusiones. Y eso es lo más grande que me puedo ocurrir. Porque las ilusiones de estos niños, empiezan a ser vuestras tan bien. Y es en ese momento cuando siento que todo tiene sentido.


Ilusiones compartidas reflejadas en la llamada de mis pequeños Christensens y que Chrestencito me diga absolutamente excitado que las cajas que han puesto en el colegio están llenas de ropa y que ese día en clase le preguntó a su amigo Do you know Mozambique? hasta la llamada de Luchy (tan alegre siempre) en la que me contaba como se había encontrado con la antigua secretaria de mi abuelo y que le había estado contado que su nieta estaba en Mozambique y todo lo de Khanimambo y que al final Teresa también se sumaba en apadrinar a un niño… con esto resumo lo impresionante que me parece que todos, todos los míos consigáis estar tan cerca de mi.


Estoy convencida que entre todos vamos a conseguir ponérselo más fácil a estos niños que tanto nos necesitan, y que tanto nos han esperado.
Estoy absolutamente convencida que lo vamos a conseguir… a pesar de ser un trabajo duro, lento, difícil y pequeño (comparado con todo lo que hay que mejorar). Lo más importante, es que cada vez somos más en esta lucha y eso hace la que la palabra ESPERANZA, de la que nos alimentamos en Mozambique, aumente su valor.

Cada día estoy más y más agradecida por estar más y más cerca de todos vosotros.
KHANIMAMBO

06 octubre 2007

¡¡ESTO ES ÁFRICA!!


Una de las ventajas de vivir en África es que cuando los días, los momentos son buenos… son extremadamente buenos, infinitamente buenos. Y eso te da mucha mucha energía para vivir los otros.


Hoy ha sido un día lleno de momentos buenos. Así que tengo un subidón encima impresionante.
La vida de Hortensia ha cambiado. Cuando la conocí, como sabéis acaba de morir su marido. Había tenido que separarse de sus hijos para encontrar un trabajo en Xai Xai y estaba profundamente desorientada. Desde esta mañana tiene casa, y no sólo eso, en un mes, sus hijos se vienen a vivir con ella. Hemos apadrinado a sus hijos, y el año que viene, en enero todos, los cinco irán al colegio, y recibirán toda la ayuda necesaria para que su futuro sea lo mejor posible.
La casa que hemos conseguido, es la de una señora. Más bien se trata de un terreno, y en este mes el Sr. Joao y yo vamos a ayudarla a ponerlo en orden, a hacer una palhota (choza) para que sus hijos puedan venir en noviembre. ¿No sé si sabéis que tengo un pozo debajo de agua, y mi agua es gratis? Pues lo es… y eso aquí es probablemente el mayor lujo. Lo comparto con todo mi “barrio” y mis vecinos tienen agua gratis también. Una de las mujeres a la que le doy agua es la que tiene ese terreno sin usar. He negociado con ella y se lo deja a Hortensia. Es una grandísima noticia… su cara de felicidad, y la mía lo refleja… ¡¡Lo estamos consiguiendo!!

Ya consigo mantener una conversación en Shangana, esa es otra de las buenas noticias de hoy. Porque me he cruzado con dos señoras, y les he dicho buenos días en Shangana (lechile) me han contestado, les he vuelto a contestar, nos hemos reído mucho por mi acento patoso y hemos seguido hablando. Ha sido increíble. Ni una palabra de portugués… y he sentido que ya estoy en África.

He vuelto al mato. He vuelto para ver cómo estaba mi nuevo amigo, que por respeto no voy a poner su nombre. Y estaba mejor, tenía mejor cara, y el abrazo que nos hemos dado al vernos, ha sido una buena señal. Le he llevado comida. Hasta que llegue la ayuda de su padrino, me encargo yo… y ha sido alucinante estar con él y verle mejor. Verle de buen humor y con ilusión al comerse unos plátanos que le he llevado. Sentirle, verle… y despedirme con él con un hasta luego ha sido emocionante. Una emoción más para pensar que esto… es África.

He viajado una hora, para visitar a dos ahijadas de Khanimambo. Ver su casa, estar con ellas… son huérfanas y viven solas. Les prometí que iría, y el viaje hasta allí ha sido catastróficamente mozambiqueño. La chapa iba tan llena que he tenido que ir de pie, y cuando digo de pie, me refiero a que mi peso estaba completamente encima de una chica, y mi cabeza salía de la ventanilla de la puerta junto a la de dos chicos más. No sé si os lo conseguís imaginar… ha sido tan tan cómico. La primera vez que vi a alguien así, flipé y pensé que yo jamás podría hacerlo. Hoy lo he hecho y me he reído muchísimo. Una vez más, he pensado que ya estoy en África.

¡Mi ducha no es gran cosa, pero el día que me lavo el pelo es siempre una fiesta! Hoy tocaba, pero cuando estaba llena de champú, se me ha cortado el agua. No es simultáneo eso de dar agua gratis y vivir una fiesta en la ducha, así que he salido fuera al jardín para pedir que pararan con el agua durante 5 minutos. Me he puesto a gritar desde la puerta para que me oyesen, y han venido enseguida los niños (mis vecinos) y me han pedido que les diera un poco de champú… y se lo han puesto a kena que estaba con ellos jugando… he vuelto a la ducha, a los tres chorros de mi ducha, y he sonreído, pensando en todo lo que disfrutaba con esta vida…

¡Esto es África, y yo ya estoy aquí… viviéndolo!

04 octubre 2007

Hoy he visto el hambre más cerca que nunca


Hoy he visto el hambre más cerca que nunca.
Lo he sentido, lo he tocado. Estaba ahí, reflejado en la cara del niño que con ojos llorosos me ha agradecido algo en Shangana mientras me cogía sin apenas tener fuerza para ello.. Lo cierto es que no he entendido lo que me decía, pero no ha hecho falta… porque era el hambre, el hambre era el que me estaba cogiendo de la mano y sólo me estaba agradeciendo mi presencia. Estar a su lado, cogerle de la mano, y prometerle ayuda. No sé cuánto tiempo ha estado sentado debajo de ese árbol esperándome.
Mucho.

El hambre consigue devorar cualquier expresión que hasta ahora se ha disimulado mientras yo estaba delante, y apoderado de los rostros más hambrientos.
Es durísimo, de verdad… durísimo estar delate de ese monstruo. Que arrebata inocencia, sueños, fuerza y energía para afrontar el día a día aquí. Lo arrebata todo, hasta la más dulce sonrisa…


Cada vez entro más en Mozambique, en su pobreza y en sus secretos.
La imagen de esos campos eternos, llenos de pequeñas, alejadas chozas… no es más que un espejismo... que Si lo tocas… se desvanece y empieza a formarse la realidad: la vida tan dura que sienten tener los que en ella habitan.

Nunca había entrado en ese campo como ahora. Estoy impresionadísima, porque esta parte de la vida, creí que no existía. Creí que esto era un extremo, que era imposible de sobrellevar. Pero no lo es… la pobreza TAN EXTREMA, es real para quienes la tienen que sufrir. Y son muchos, tantos… que no entiendo cómo lo hacen. Como llevan sobreviviendo todos estos años. No me salen las cuentas… de cómo una persona es capaz de no morir antes al no haber dormido nunca en una cama, o haber bebido agua, o comer carne o desinfectarse una herida. Cómo puede un anciano hablarme de que lleva 46 años ahí metido. En el mato. En la salvaje supervivencia del mato.

La descripción de ese mato, que tan impresionada me tiene, no existe. Es una realidad a la que no le pertenecen palabras. No tienen nada. Nada. Nada. Y viven.

Hemos apadrinado a más de 20 niños que viven en condiciones extremas. Más de 20 futuros van a cambiar gracias a esto, que hoy me han confirmado que es un milagro. U milagro llamado Khanimambo ONG. Lo somos. Somos el milagro que estaban esperando. Esperando… tanto tiempo.

Por primera vez se me ha saltado las lágrimas delante de esta miseria. He llorado por ellos, porque no me cabe en la cabeza que esto realmente exista, que el mundo que habitamos, que vivimos vaya desde el extremo de pagar una fortuna por un vestido de Valentino o Channel hasta la mirada del niño que se ha desmayado de hambre delante de mí. A veces pienso que tan monstruosa es la pobreza como esa riqueza (en fin…).

Voy a ser dura, no me quiero callar lo que he visto, porque esto no se va a quedar en el mato. Quiero que sepáis que los niños que se mueren de hambre antes guiándose por la desesperación, se alimentan de arena. Sí, comen arena porque se mueren de hambre. No tienen nada… y cuando digo nada, es nada. Ni madre, ni padre, ni agua, ni comida… y ahí están diciéndome Khanimambo después de darles la poco agua que me quedaba, y una naranja que siempre llevo en mi mochila. Me han repetido Khanimambo después de decirles que estoy hablando por un padrino que quiere ayudarles. Nos dan las gracias por aparecer en sus vidas.
¿Entendéis ahora cuando os digo que nos estaban esperando?
¿Hacen falta más palabras para sentir esta desesperación que el diccionario se refiere como HAMBRE?