06 febrero 2012

Kena, mi copiloto-


Cuesta elegir una foto. Cuesta verlas, y cuesta aún más despedirme de mi gran compañera, la más fiel y leal que he tenido.

Kenita, siempre estarás en mi corazón y en mi recuerdo. Hay situaciones que sólo las dos hemos vivido y que tu, mejor que nadie lo hubiera hecho, supiste acompañarme, animarme y protegerme.
Te recogí en la perrera de la carretera de Valencia, después de ver la carita de ilusión de Rocío que se le iluminaron los ojos nada más verte por primera vez “Maina si no te la llevas tu me la llevo yo”, tenías que ser tu. Blanca, pequeña, casi espuma. Y con una cara única, llena de personalidad con tu mancha negra y marrón. 

En Madrid establecimos una relación intensa, de confianza, de hermandad. Ibas suelta porque quería que vinieses conmigo por propia elección. Después de sacarte de la perrera, no podía ponerte una correa. Por eso, ibas feliz en la moto, o corrías como un conejo en el parque, te llevaba a todas partes y así te convertiste en universitaria, en hostelera y asidua al rastro los domingos.
Dormías en mi cama, y sabías que si cerraba los ojos no me debías molestar pero nada más abrirlos ya te ponías a chuparme la cara. Si los cerraba de nuevo, parabas, Eras lista para morir, ¿cómo se puede entender tanto? Con amor.
Todos los vecinos, amigos y familia te adoraban. Eras una reina de la Plaza de Corps, y te costó despedirte de ella. El día que nos fuimos, te escapaste y te escondiste debajo de un coche. NO te iba a abandonar, pero tu tuviste miedo.
Viajamos juntas, siempre juntas, tú me dabas besos, y yo te acariciaba.  

En Mozambique cambiaste, de ser libre y mimada, a protegerme por encima de cualquier cosa. Noches en el porche mirando las estrellas, paseos por el mato, primeros descubrimientos juntas. Viajes mensuales a Sudáfrica, de copiloto… tomando el sol juntas en la playa o cuidando a Rael cuando pesaba menos que tu. 

Fuiste la primera perra de 200 niños, Hortensia te adoraba al igual que Leonardo o Lorenzo.
Si tuviese que escoger un recuerdo, me quedo con tu imagen corriendo alrededor de Khanimambo con una veintena de niños coreando tu nombre mientras intentaban seguir tu ritmo, mientras tu corrías detrás de 3 gallinas a las que volviste locas. Pura alegría, energía… mágic Kena
.
Kena con K como Khanimambo. EL proyecto que tú y sólo tú empezaste conmigo en Mozambique.

Kenita, ojala pudieras oír esto, entenderlo, y saber que me va a costar muchísimo vivir sin ti

6 comentarios:

Macarena dijo...

Ella lo sabe... qué suerte tuvo de rodearse de tanto amor.

Fátima dijo...

Alexia, desde Madrid... te mando besos y un abrazo inmenso... cómo son esos pequeños seres que nos acompañan sin pedir...
Sabes lo curioso? que estoy segura de que, aunque no supiera leer, todo esto lo sabía... lo mágico es que existió y estuvo a tu lado, lo mágico es que tu estuviste con ella...

Anónimo dijo...

Que ha sido de ti? no haz escrito nada desde el 2012.

saludos desde mexico

José Nery dijo...

No puedo seguirtee!!! por algo para poder hacerloo plzzz :)

Carmen Somellera dijo...

Creo que la labor que hacéis es impagable en este mundo, tendrá su recompensa en el otro, estoy segura

Carmen Somellera dijo...

Creo que la labor que hacéis es impagable en este mundo, tendrá su recompensa en el otro, estoy segura