17 septiembre 2007

LECCIONES DE ÁFRICA


¿Queréis historias? Sé que las queréis… Creo que es la mejor forma de estar aquí conmigo!
Hortensia no llega a los 30 años. su aspecto el primer día que la vi, me produjo (por mi mal que suene la palabra) asco. Lo siento, sé que suena frívolo, lo es.
Vino aquí a mi casa a darme la bienvenida, es mi vecina. Hablaba un portugués flojo, entremezclado con shangana, pero nos entendimos. Lo suficiente, como para que la propusiera que empezase a trabajar conmigo. No quería contratar un guarda de seguridad de día pero alguien debía estar por aquí cerca durante las mañanas. Negociamos y por un precio razonable la contraté para que me lavase la ropa y me ayudase a mantener la casa limpia. A cambio de mi confianza ella me prometió que lo iba a hacer bien, y que me iba a cuidar muy bien. Estaba necesitada. Lo noté en su boca, desdentada y sucia. Lo noté en su ropa, rota, vieja y descolorida. Estaba sola, lo noté en sus ganas de hablar… desde el primer día hasta hoy ha cumplido muy bien su trabajo. Está pendiente de mi casa si viene alguien si yo no estoy. Está pendiente de la ropa y cuando se seca la dobla y me espera en el porche a que llegue para dármela. Limpia sacando brillo a lo poco que habita esta casa… y de vez en cuando, le doy comida. Bueno realmente es casi un día si y uno no. Dice que es una bendición, la veo irse con una sonrisa de oreja a oreja y cómo empieza a comerse el arroz de camino a su casa. Apenas nos separan 60 metros.
Este fin de semana se ha ido a visitar a sus hijos con su primer sueldo… viven a unas 5 hora de aquí, en el mato, con los abuelos. En una zona castigada por la miseria rural. Sin agua y casi sin cosechas. Muy mal… sus 5 hijos están mal y sueña con traerlos aquí pronto. Su marido murió hace menos de un mes en un accidente de chapa. Cuando he vuelto a casa hoy, me la he encontrado sentada en el porche, con dos mazorcas de maíz para mí, una mandioca y una especia de harina que todavía no he entendido lo que eso.
Os he contado este rollo porque quería compartir con vosotros este gran momento. Me siento muy muy querida aquí… sin tener nada, Hortensia ha compartido conmigo algo por haberle dado dos días libres para que fuera a ver a sus hijos.

Aquí las lecciones como ésta… pasan en cada esquina, con cada persona que se cruza en mi camino. El guarda, el Sr. Joao, me trajo ayer dos cocos y mi vecina Isabel tres naranjas… ¿cómo se puede tener tanta bondad cuando has tenido tan mala suerte en la vida? ¿cómo se puede compartir sin tener?
La vida en África significa otra cosa, ya lo sé. Ésta es sólo una historia más sobre las reglas que mueven a la gente más noble del mundo… y es un privilegio empezar a formar parte de ellas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A vida é como tocar numa orquestra. Mas há pessoas que ouvem um outro maestro. tu és uma delas, Boa sorte,
Bernardo rão

Anónimo dijo...

ALexia esto es lo que quise enseñarte siempre en clase... a que vieras más allá de lo que un objetivo enfoca. Ya lo estás haciendo... enhorabuena.Me siento orgulloso de ti.
Te mando mi cariño

Unknown dijo...

Alex, me alegra muchísimo que estes tan feliz y la verdad es que leerte es aprender algo nuevo. Enhorabuena!
Un besito enorme y cuidate mucho.

Bea Llorente

EFG dijo...

Epa Alexia ! esa "harina"... ¿será para la Shima?

Sigue con mas relatos.
Ojos abiertos.
Hermosas palabras.
Tropicalismo nato.
Un fuerte abrazo para
Hortensia.
Y para la reina de Saba.

Khanimambo !!

Unknown dijo...

Alexia!

Disfruta cada momento para que te siga llenando mas a nivel personal!

Ya hemos empezado la campaña de recogida de ropa de verano para los niños. Será todo un éxito ya verás!

Desde aqui espero poder dar alegria a alguna niña mandandole un vestido bonito y que se sienta como una princesa al ponerselo, igual que nos psaba a nosotras de pequeñas cuando lo hacia Mama..

Te echo de menos

Anónimo dijo...

Alexia, soy Carmen. María y yo te mandamos todo nuestro apoyo, queremos que sepas que estamos ahí con vosotros. Sigue luchando, eres un pilar importante para esos niños.

Cuidate mucho y un besito muy grande.