19 septiembre 2011

"Me voy a comprar una cama"

Me dice Hortensia con una alegría que compensa cualquier momento del pasado, cuando antes su único deseo era poder conseguir comida para sus 5 hijos.
Ahora ya son 6, porque Rodrigues ya le llama mamá después de ser acogido por su enorme corazón. Y todos estan bien alimentados, estudiando y sanos.
Desde aquel último Post, Hortensia ha continuado siempre a mi lado, Y cuando me estaba muriendo de malaria, la que estuvo a mi lado fue ella, y eso no se lo agradeceré nunca lo suficiente.

4 años, llenísimos de anécdotas.

Siguiendo desde el último post, os diré que conseguimos reunir a toda la familia, fui a buscar a sus hijos con ella y le hemos construido una casa, en este tiempo ha ascendido en Khanimambo hasta triplicar su sueldo, se pone guapa para venir a trabajar, tiene una cuenta bancaria, se ha comprado una vajilla de 54 platos (dice orgullosa), sus hijos sacan muy buenas notas hasta la mayor (mujer) está estudiando en secundaria que es todo un logro, está luchando por poner luz en su casa y lo que es más importante para ella: en menos de un mes dormirá en una cama por primera vez en su vida.
 
Hortensia en su casa nueva con sus hijos
He descubierto una mujer africana que consigue hablar igual de rápido que yo y que sabe que quiere llegar lejos sin ningún hombre a su lado. Lo tiene claro, su prioridad son sus hijos. Y los cría, a los 6, sola y trabajando 8 horas diarias. Además vende cocos en casa, para sacarse un sobresueldo y el fin de semana carga bidones de agua a una casa vecina para ganar otro sobresueldo.
Ha evolucionado tanto, tantísimo que las dos nos reímos de aquel 2007 en que nos conocimos. Dice “ahora quiero ser un poco” sin terminar la frase las dos nos miramos y entendemos que ese poco al que se refiere engloba un poco más de todo. A lo grande, así es Hortensia.


NO tiene miedo de aprender, y de corregir aquel analfabetismo que tenía antes, ya habla portugués perfecto y lleva bolso. Es un pedazo de mujer a la que quiero muchísimo. Sabe administrar bien su dinero, y lo valora como nadie. Por eso, y por su impecable actitud ante la vida, Hortensia llegará muy lejos.

Hortensia nos enseña cada día de que “despacio se llega lejos” , una de sus muchas frases míticas.