06 diciembre 2009

GIL, LA MÚSICA DE KHANIMAMBO

Todavía recuerdo tu mirada del primer día que hablamos. Cómo la bajaste durante unos segundos antes de responderme que no querías contarme lo que habías pasado hasta tener llegar ahí… a ese lugar entre la resignación de sentir que tu vida no es cómo quisieras y la desconfianza que da una persona de otra raza que no conoces y no sabes qué quiere hacer con tu historia...
Te respeté, y confié en que algún día tendríamos la amistad de hablar de todas nuestras cosas.
Han pasado dos años y hoy hemos llorado juntos ante una despedida, que no lo es. Sólo un paso, hacia la madurez, hacia la vida adulta.
Esta tarde te has despedido de Khanimambo Gil, donde un día fuiste un ahijado y donde después has sido un trabajador del equipo.
Esta tarde, mientras cantábamos todos juntos la canción de Khanimambo, que se ha convertido en nuestro himno, el momento en el que todos los niños (o sólo los del coro) cuentan a través de la música vuestra historia, la tuya y la de ellos. No te lo he dicho nunca y quizás te enteres algún día por este blog que el día que compusiste esa canción hace dos años es uno de los mejores recuerdos que tengo hasta ahora. Atardecía cuando apareciste con tu guitarra para enseñarme algo. Juntamos a los niños en el porche, me senté rodeada de todos ellos y escuchamos una versión extra larga de la canción más bonita del mundo (para mi, claro). La canción de los niños de Khanimambo, de cómo era vuestra vida antes y después de conocernos. Todos nos quedamos boquiabiertos y ese día sentí tu grandeza como artista. Tienes una capacidad brillante para componer, tocar y llegar hasta lo más hondo con tu voz africana. Si no triunfas en un quirófano como médico, lo harás en un estadio en pleno concierto de cantautor. Estoy segura.

Ahora te vas, sin querer hacerlo… para que puedas estudiar medicina que es tu sueño. Sabes que será difícil conseguirlo y te tira más la comodidad, la seguridad que tienes ahora junto a nosotros. Pero pienso en ti, en que necesitas saber si lo puedes conseguir o no para no dejar un sueño sin cumplir. Escondo mis miedos, mis lágrimas mientras nos abrazamos al despedirnos con todos los niños de Khanimambo mirándonos, y te susurro, lucha y lo conseguirás.
No sé si conseguirás llegar a ser médico, las pocas plazas en las universidades y el haber estado apartado de los estudios un año no te lo ponen fácil. Pero sé que el camino de esta lucha te va a ayudar a crecer y al final de ese camino Gil estaremos esperándote con los brazos abiertos, deseando cantar de nuevo contigo la melodía que en tantos momentos nos ha hecho emocionarnos… oé Khanimambo.
Has sido, y siempre serás la música de Khanimambo.
Foto de Eric Ferrer (www.ericferrerphoto.net)