11 octubre 2008

LA POBREZA

Es tan difícil escribir sobre la pobreza, porque esta palabra, definitivamente demasiado corta para todo lo que significa… es una palabra que define a las almas más necesitadas.
Se puede ser pobre en muchos sentidos. Y ese quizás es por ahora mi mayor descubrimiento.
No es más pobre el que no tiene que llevarse a la boca, comparado con el que le han arrebatado todo en una guerra injusta, como lo son todas.
No es más pobre el que llora la ausencia de unos padres con tan solo 8 años, que el niño que tiene que trabajar para conseguir comer.
No es más pobre el que anda 20 kilómetros en busca de agua, que el que ve como la naturaleza le arrebata toda su cosecha.


No deja de ser duro, nunca. Porque esta palabra, y todo lo que hace sentir va pegada a una tristeza incontable. ¿Cómo es el día a día de una persona que lucha por tener algo que no consigue alcanzar? Y a pesar de eso no se rinde… nunca se rinde.
Quien mira a los ojos de un pobre, y luego le abraza. Habla con él, y consigue acercarse lo suficiente a su vida como para sentir con él… entonces esa persona sabe a que dolor tan injusto me refiero. A esa actitud luchadora que va de la mano de una pena descomunal. Conocerá también una única fuerza de superación, que te acabará por humillar.
Poca gente puede hablar de la pobreza, porque quien la vive apenas sabe expresar lo que es. Hay que sentirla, tocarla para comprender que es la peor manera de ver pasar los días.



La pobreza no tiene niveles, por mucho que algunos les guste clasificarla. Cuando un alma sufre pobreza, todo lo demás deja de importar.
Y ahí es donde entra el respecto, el profundo respeto que nos diferencia a los que queremos ayudarles.

Ninguna pobreza es justa, ni justificable. Ninguna pobreza es merecida ni deseada. Pero toca, sin más, sin razón… a demasiadas personas. Una persona ya sería demasiado y en el mundo el 80% de las personas sufren pobreza.



Es difícil hablar de pobreza porque su inmensidad, asusta. Es un demonio al que nadie ha conseguido derrotar. Mientras haya en el mundo un alma pobre, muchos lo seremos también. Por respeto, por tristeza ante esa injusticia, por desespero. Es una lucha que nos toca a todos, solo así, ganaremos.

Y ese respeto, esa desesperación, esa lucha… hoy en día se conoce como solidaridad.

Nuestros niños son pobres, pero sueño con que dejen de serlo. Por eso trabajamos, y por eso, no nos rendimos. Porque tenemos esperanza. Y este es para mí el otro gran descubrimiento en África: el sinónimo de pobreza… es la esperanza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Alexia, como sabes, hoy empieza la Semana contra la Pobreza. Te pido permiso para apropiarme de tus palabras y que figuren en los escritos que se van a presentar ante las autoridades mundiales. Tu testimonio es esencia y credibilidad.
Sigue sacando adelante a tus niños tan brillantemente pero, por favor, escribe más para sensibilizar y concienciar a las personas que están en este lado. No olvides que es tu profesión! Tu experiencia y tu talento pueden ser más que útiles.
Besitos con orgullo y emoción

Alexia Vieira con V dijo...

Mamá este comentario solo lo puedes haber escrito tu, ¿¿a que si??

Un beso fuerte

Anónimo dijo...

Ay, ay, ay!!!
Por qué lo has adivinado?
Por la forma o por el contenido?
Indudablemente hay cosas que sólo una madre puede y debe decir.
Cómo te quiero....

Anónimo dijo...

Alexia!

Me ha encantado este post, muy Alexia Vieria la periodista, que a veces se nos olvida, con todo lo que haces ahi!

Tu lucha contra la pobreza es enorme, pero tambien contra los derechos humanos, contra la soledad, el abandono...

Te quiero mucho
Carla