14 agosto 2006

REFLEXION A MITAD DE CAMINO

Una parada en el camino para hacer una reflexión pública, de lo que hasta ahora está siendo este viaje tan alucinante, con vosotros, todos los que me estais acompañando en estos kilómetros africanos.

Antes de marcharme de Madrid, me hubiese gustado dejar aquí reflejadas mis perspectivas de viaje, para así poder compartir con vosotros los cambios y los descubrimientos que cada día se apoderan de mi… pero el ritmo frenético de mis últimos días por ahí, no me dio tregua ni siquiera para eso!

No importa, la mayoría sabéis, que tener ese billete de avión con destino a Mozambique en la mano, era ya un sueño para mi. El resto vendría solo… Y así ha sido, ¡por ahora!
No hay que buscar razones a sueños que por alguna razón, existen.
Las razones de hacer este viaje, para algunos sin sentido, están surgiendo ahora, y lo más seguro es que sigan surgiendo tiempo después de mi vuelta.

Llevo casi mitad del viaje a cuestas, y a pesar de las dificultades que me estoy encontrando, mi sonrisa refleja lo feliz que me siento por estas tierras. La gente que estoy conociendo es impresionante. Solo por ellos, merecen la pena eternas horas de viajes, escasa comida comestible, incómodas horas de sueño… Gente única que sobrevive a las mayores dificultades que la vida nos puede dar. Me humillan con su forma de luchar, aprendo de todos. Aquí los problemas tienen otra dimensión.
Los paisajes, las condiciones de vida, los sentimientos de los que trabajan por conseguir alimentos para sus hijos, los niños que no pueden estudiar, los médicos que no dan abasto, el largo y maldito camino del SIDA, los proyectos de ayuda humanitaria, las necesidades que estoy viendo… me servirán para construir lo que sé que algún día será una realidad: mi aportación a los que ahora me ayudan a superar este mes de descubrimientos.

Jose María Marquez, durante la entrevista que le hice, me dijo algo que supe que nunca olvidaría… Ellos son nuestros hermanos, y siento que les quiero sin apenas conocerlos.
Algo parecido me esta pasando a mi, algo profundo que me hace reflexionar mucho. Me dice Mamá, que en las condiciones en las que estoy, todo cobra mucha importancia. Es verdad, y es ahí cuando más me alegro de tener hambre, dormir mal, tener picaduras de mosquitos, el pelo siempre sucio, estar sola… porque tengo la oportunidad de valorar cosas que en un día normal de mi vida no puedo.

A mitad de camino, puedo decir que he hecho 2684 km llenos de victorias. Desde Maputo a Pemba, he conocido a gente que me llama para saber si estoy bien, dispuestos a ayudarme dentro de sus posibilidades. Esas llamadas que voy recibiendo a lo largo de los días, son las que más feliz me hacen… sin siquiera pensar en todo lo demás que sé que estoy ganando.

Atrás quedó España, para adentrarme en la esencia de la vida: la más cruda supervivencia. El combate más antiguo de la historia (incluso más que el de Israel – Líbano, aunque a veces no lo parezca): ganar la batalla al hambre, a la deshidratación, a la malaria, al SIDA, o cualquier desafío que a veces la naturaleza da, para así demostrar su fortaleza.
Me alegra haber dejado por un tiempo mis comodidades, mis lujos, la civilización en definitiva, para estar más cerca de la Tierra, la Naturaleza…

Todavía me quedan 2745 km. Siento que mi realidad empieza a cambiar, o por lo menos a aumentar…
¿Qué sería de Mozambique si las cosas hubiesen sido diferentes? No lo sé, ellos tampoco… pero son conscientes de su decadencia, trabajan, luchan en un pulso, juntos, contra la pobreza. ¿Existe manera de ganarlo?
Mozambique representa para mi, algo más que el país más pobre del mundo. Nos unen demasiadas casualidades, las mismas que me trajeron hasta aquí… y disfruto conociéndoles cada día un poco más. Sólo con fundamento podré hablar por ellos en tierras europeas, eso es lo que busco, gente anónima que me llene la boca de palabras que algún día, estoy segura, pronunciaré en su nombre.


Os echo MUCHO de menos, a veces tanto que llego a desvariar un poco!!! (Situaciones cómicas que ya os contaré), cada llamada o email que recibo me da una fuerza que nunca antes había necesitado. Los días aquí son cortos, pero las horas pasan tan despacio…

Sigo mi camino, ahora con un poco más de hambre!!! Jejejeje pero siento que me está engorda un poco más el corazón, que al final del día es lo importante, ¿NO?!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Alexia, no me esperaba otras palabras en esa reflexión. tu trabajo por mozambique será eterno, conociéndote... sigue así, nos estás dando una buena lección!!
Cuando me hablaste (tan entusiasmada)de tus planes, me esperé lo peor: que nunca volvieses, pero te veo más madura y serena que nunca, lo cual me tranquiliza.
Que bonito todo lo que nos cuentas, gracias. Nos vemos pronto

Anónimo dijo...

Qué maravilla que te esté engordando el corazón!!!
Es la frase más bonita de todo lo que has escrito.
Te quiero tanto, tanto, tanto
Besazo,
Mamá